domingo, 14 de julio de 2013

Profeta


Mi vida ya no es mía,
ni de los dientes italianos,
ni del suelo mojado por la lluvia,
ni de mi propia angustia...

Ahora soy enteramente tuyo
y del resto de hombres y mujeres
por tu propiedad mundana de mi vida.

Ahora mi silencio es tu silencio,
mi llanto es tu llanto flagelado,
mi andar es tu camino recorrido
por las praderas de tu nombre.

Soy ahora tu poeta y campesino,
tu labrador ensimismado
tu lanza que conquista

Y por los siglos te serviré a ti, Señor,
sin que mis enemigos puedan herirte,
porque a tu coraza de milenios 
no pueden humillarme.

Soy un rey con un ejército de vivos,
soy un rey de ángeles coronado,
soy el rey de tus amores,
el que coronará a los gentiles tu Presencia.

Y no soy el único rey.
Muchos irán conmigo para verte.
Serán más grandes que yo.
Así mi vida terminará en un suspiro,
de pellejos morirá mi cuerpo tuyo,
y aún así venceré sobre mi muerte,
en el triunfo de tu Pueblo para siempre.

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