miércoles, 22 de agosto de 2012

Comparado con la Libertad, la libertad sexual es una gilipoyez

"To be or not to be, that is the question"
Hamlet. William Shakespeare
La pregunta sobre la libertad es compleja. 

Alguien que es libre, por definición, carece de toda determinación en su futuro. Aunque estas palabras nunca conseguirán mostrar toda la realidad del asunto, podríamos decir que la libertad en gran medida significa ser el propio futuro.

Esto queda muy bonito, pero es un tema de capital importancia. Muchos dirán que todo esto en la práctica supone que la libertad es capacidad de elección, libre albedrío, coste de oportunidad... Esto es en gran parte lo que considero que infecta al pensamiento moderno, a la política de hoy, a la religiosidad actual. Hoy la libertad significa poseer el propio futuro y poseer la libertad es inferior a serla. La libertad, o por lo menos esta Libertad de la que hablamos (con mayúsculas), implica hablar sobre uno mismo. Incluso, cuando elegimos a Dios para la eternidad, lo hacemos en pos de nuestro ser. No somos los hombres criaturas sagradas por las capacidades que tenemos, sino por la realidad que somos, un qué peculiar cuyo destino siempre redunda en el propio existir. Lo que los personalistas llamaron intimidad.

Hay hombres, sin embargo, que siguen creyendo que la vida del hombre, y en particular la vida pública, ha de sostenerse en los pilares de ese libre albedrío que no es siquiera el comienzo de la libertad que somos. En gran parte eso de que votar es el fundamento de la vida pública es una soberana estupidez. El verdadero sustento de nuestras vidas, y perdonen los pragmáticos por el atrevimiento, es encontrar cual es el camino para hallar esa vida plena que nos proporciona nuestra forma especial de existir. Posiblemente lo intuimos todos los días cuando nos encontramos felices por la mañana al saber que somos felices, no por nosotros mismos, sino por la familia, por los amigos, por nuestra amistad con Dios... y curiosa libertad esta, que cuando obtiene cualquier cosa, siempre la obtiene para sí. Que crece tanto para afuera, para amar, y para dentro, para amarse. Sin embargo siguen hablando de libertad sexual, de libertades abortistas... como si ser libre supusiera simplemente elegir. La elección es el comienzo. Ellos no solo se están perdiendo la verdadera libertad, sino que la están destruyendo, dando para sí mismos el estiércol que se cuece en la antesala del Infierno.

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