sábado, 25 de agosto de 2012

Proema (I)


Me tomaría un whisky para saber como sabe. Es difícil saber porque me gustaría comprarme un Chevrolet Impala del 67. Es difícil saber porque conduciría por la ruta 66 toda la noche. Es difícil saber porque he visto tantas películas americanas. Lo único que sé es que estoy sentado, frente a la pantalla del ordenador, sintiéndome muy americano, muy hacia dentro, sin nadie. Quisiera vivir la vida sin que nada ni nadie me molestase. Escucho a Robert Johnson preguntándome porque no sería negro en los tiempos de la oscuridad, porque no fuí de piel esclava, porque vivo aquí tirado, con un corazón borracho. Me pregunto si habrá solución. Si mi sitio en el cielo sigue ahí. Sigo muy solo, solo... solo sin tí, tú alucinógeno, tú resacado, tú drogante. Me pregunto porque mi silencio es tan sentido, si tan solo me ha pegado una patada la vida. A otros la vida les ha cortado la cabeza, a mí solo me ha animado a salir adelante. Parece, sin embargo, que he preferido meterme en una calle sin salida. La calle sin salida...

No hay comentarios:

Publicar un comentario