martes, 17 de junio de 2014

Proema (II)

Me pregunta mi sombra porqué sigo arrastrando esta vida. Yo le contesto que quien lleva esta carne sabe lo que vale la vida. Es que las sombras son sombras, baratijas de luz. Viven en la ignorancia. No saben lo que es la transparencia. Viven racaneando a los cuerpos su ausencia opaca. ¡Qué se calle la sombra! ¡Luz, ilumíname! ¡Soy tuyo! ¡Soy tu esposo querido! ¡Qué la sombra muera! Yo soy inmortal.

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